Aedas Huachanos

LA TARDE HABLA CONMIGO Y YO HABLO CON CELIA LUZ
A Celia Luz Flores Flores
Poeta y declamadora

El mar que pronuncia tu florido nombre es arena
donde vuelan camiones sudando un Dakar peruano.

Será que también tú vuelas sobre leyendas invisibles.
Pero, dos flores rojas te descubren en Líneas de Nazca.

Y todo, porque eres paloma de lluviosos ríos con soles,
hermosura y delicadeza de Verano, madurando melones.

Herido, como el crucero Concordia acostado en una isla,
frente al mar, me curan tus poemas canteros.

Celia Luz, a veces contigo canta la noche a mi lado.

Y miro tus ojos. Son como grandísimos luceros.

Son como Sierra y Selva : dos aguas fuertes de mi cuerpo
que bebo, así me atenacen como cárcel jueces cangrejos.

_ ¡Dios! ¡Qué torcida justicia ..
que dan abogados y palacios!
_ De joven universitario,
hoy día "La Primera" decía :

_ Jueza de tarántula conciencia
encarceló a Gastón Mansilla,
que salvó la luz de su floresta :

Disparó como Django, un tiro,
en oscuro centro histórico
lleno de hampones y postema.

Y mientras la playa te dibuja,

"La República" temprano pintó
en globos de papel : _ Evacuó
Chehade que comió en Brujas
de Cachiche, sapos con agujas.

¡Con ley agarrando el sartén
trece votos limpian sus pies!

_ ¿Ejemplo de drama o comedia,
embrujada vicepresidencia?

Es Enero. ¡Va chatarra del mes!

Pero tú, eres mi dulce agua, mi placer
que viene del cielo, tan inmensa de besos.

En horas del Ocaso cuando eleva oraciones,
aquí en Huanchaco, los Caballitos de Totora sonríen.

En silencio, ellos saben que te quiero en mi pueblo.

Entre cerros y ríos, entre árboles y hombres.

Ahora mismo, estoy mirándome en tu glamorosa ciudad.

Tan abierta y cariñosa al mundo.

Y tan cerrada a invidentes, que bajan con perros guías.

Como ellos, voy bajando en río de sudores.

Como "El Bagrecico" de Francisco Izquierdo Ríos.

Cruzando montañas. Bajando entre sierras.

Todo por conocer, el mar, la flor, el azúcar, de Celia Luz.

Engendrada orquídea, blanca y morada de Lima.

Ha llegado la noche hermana. Allá en tu ciudad,
sobre mi Huaca caerán sombras de zombis políticos.

Allá la ciudad no duerme. Aquí, todos; menos las cañas, las minas.

La noche se despabila, se estira, como gata en la mesa.

Pronto, la noche sirve un café endemoniado, y más tarde ...

Celia Luz en Trujillo, me servirá chupe de oxigenadores langostinos.