Chancay- 1968
LOS HUESOS DEPRIMIDOS (2012)
Los huesos deprimidos, salen de su eterno
descanso
Para recorrer sus pasos por las calles de su
juventud
Pero entre la multitud ya no habrá su
generación
Y se sentirá ajeno en esta tierra de vida
miserable.
Y sentado sobre una piedra cava que no tiene
alma
Enturbiara su mente de nostalgia abierta
Meditara de esta ciudad fantasma adonde
regreso
Y vera el cielo azul extenderse hacia el
infinito.
¡Qué paso se preguntara! De este mundo moderno
Donde la gente hurga, la necedad en el rostro
ajeno
Y ver a los descarnados hombres de corbata
fina
Danzando en el egoísmo ruin de esta historia sin
fin.
¡Cuánta pobreza! El dolor me azota hasta el
tuétano
Ver al pueblo con corazones horadados por
fusiles
Y su voz de protesta silenciados en la horca del
fuerte
¿Dónde está la libertad de la raza que clama
justicia?
Y con el pretexto de una nación grande para los
tuyos
Te despoja de tu fuerza y consume tus pulmones
Para seguir escribiendo la página negra de la
historia
Para seguir escudándose en la constitución de
pocos.
¡Que le espera a la juventud! Mirando hacia el
horizonte
Mientras el político duerme en tus sienes en tus
penas
Y se levanta pensando en robarte tu humildad,
Cuando tú sueñas cual será la patria del
mañana.
De donde vengo no hay fronteras ni cantar de
himnos
Ni batallones que ondean banderas conquistadas
No existen ricos ni pobres, ni bolsillos de doble
fondo
¡Ay de mí! Nadie escucha el clamor de una calavera.
No tengo piel donde se adhiera la injusticia
social
Ni olfato donde se respira la pérfida
inmundicia
Pero puedo ver la agonía existencial de los
hombres
Una juventud que se agita en protestas y
pancartas.
Ni siquiera tengo sombra, pero puedo escarbar la
tierra
Que entrego su piedad para guardar siglos de
calaveras
Y que no saquean nuestros derechos ni oprimen sin
piedad
Como los que acallaron la voz de la verdad y la
libertad.
¡Hoy triste partiré! Ya que no hay mañana para
mí
Un lejano refugio me espera ahí no hay hombres de
polvo
Ni siglos de lucha por liberar la dignidad
secuestrada
Solo lecho de luz donde descansan los huesos
deprimidos.
Etiquetas: Literatura Huaralina