miércoles, 9 de mayo de 2012

MADRE… SOLTERA

Autor: Eliseo León Pretell
*Poeta peruano
“Ciudad Satelital”
Houston Texas, EE. UU.

 Tierna, accesible y casta
 caíste en la celada
creyendo enamorada en el ángel de tu mente.
Entraste en la maraña de una selva emboscada
quedándote atrapada
en la oscura pendiente.
***
 Con la nívea asechanza
del mundo adolescente
tropezaste inocente embriagada de amor.
Lo diste sin reserva confiando ciegamente
 tu cuerpo pubescente
con todo su candor.
***
Con tus escasos años
 cargada de valor
soportaste el dolor de parir con cariño.
Demostraste así a todos con entraña y ardor
que nunca es deshonor
 la presencia de un niño.
***
Sin malicia ni nada
mostraste tu corpiño,
tu rostro en desaliño pálido y muy sentido.
Amamantando a tu hijo con sonrisa y un guiño,
blanco como el armiño…,
 tu retoño querido.
***
 Llorosa y sonriente
 piensas en el olvido,
suspiras lo vivido meciendo en tu regazo.
Más luego te conformas todo no lo has perdido,
de aquel hombre bandido…,
 tienes ahí un pedazo.
***
El cielo no perdona
todo tiene su plazo
seguimos por un trazo que ha delineado Dios.
Tu hijo será tu fuerza y un poderoso lazo
hasta que un nuevo abrazo
 los estreche a los dos.
 
Derechos reservados
E-mail: ellepre@yahoo.es
E-mail: zorzal47@hotmail.com
E-mail: elcantodelzorzal@live.com
 
El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre.Abraham Lincoln 

MADRE… SOLTERA Autora: Marga Mangione
*Poeta argentina
Buenos Aires – Argentina


Pequeña y muy inocente,
cándida, pura y confiada,
del amor enamorada, sin experiencia ninguna.
Tentada por una luna, que al cielo estaba abrochada
te brindaste amordazada,
en entrega inoportuna.
***
Aquella sangre que hervía,
haciendo latir en tu pecho,
y aquél que estaba al acecho, supo encontrar la ocasión.
Latía en tu corazón, pleno de felicidad,
la confianza en la verdad,
ahora es todo confusión.
***
Luego al encontrarte sola,
tomaste la decisión,
de aprovechar la lección, que te ofrecía la vida.
Hoy la criatura parida, te devuelve tanto amor,
que calma así ese dolor,
de tan angustiosa herida.
***
Le gritaste a mucha gente,
que siempre te criticaba,
y que sólo se ocupaba, hablando cosas de ti.
¡Yo jamás me arrepentí, de darle la vida a mi hijo,
su vida más me bendijo,
y él es todo para mí!
***
Y bien sigues en la escuela,
ya te falta sólo un año,
no te importa el desengaño, ¡aún puedes estudiar!
Porque tu le quieres dar, a ese trocito de tu alma,
Toda la alegría y calma,
¡y no te has de acobardar!
***
Déjalo en el gris olvido,
aquel que te ha abandonado,
en ti nunca había pensado, y no lo ha de hacer jamás.
Si a tu hijo ahora le das, la dulzura de tu canto,
no ha de venir otro llanto,
a dañarte nunca más.

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