sábado, 5 de septiembre de 2009

MARÍA ALEJANDRA SALOMÉ CHU CASTILLO: MI SER

La naturaleza de mi ser es tan compleja, inexplicable e infinita como el universo, como la vida misma, tan cambiante y tan firme a la vez.
Luzco una careta totalmente distinta a como es mi interior. ¡Mi corazón, mi pobre corazón! es el que sufre más llevando a cuestas el peso de mi ser.
Creo que sólo aquel ente supremo, creador de la naturaleza y del firmamento responderá mis interrogantes. En mis sueños suelo verlo, tan lleno de paz, tan brillante como las estrellas y lejano a la vez.
Muchos dicen que la soledad es sinónimo de tristeza, amargura y desasosiego. Es preciso saber que dentro de mi, la soledad se convierte en felicidad, armonía y en un aire de delicada paz que puede ser respirado por quienes me aman.
De vez en cuando suelo preguntarme si el hombre conoce de amor, esa dulce y tierna palabra tan maltratada en el mundo entero.
El amor se queda sin pétalos cuando el hombre destroza, arranca cada una de ellas, cuando la embrutece con sus malos actos, cuando además no hace por comprender mi pequeño corazón. Ese amor convertido en flor de margarita se marchita, se muere, quedando solamente en tallo seco. Me duele profundamente y lloro sin cesar. Tanta crueldad no es permitida en mi ser.
Hoy mas que nunca, la complejidad de mi persona, me convierte en un individuo fuerte, valiente, triunfante, es toda mi alma quien salta de felicidad frente a esa soledad tan mía, pero mi corazón ¡Ay, mi pobre corazón! es tan débil, tan inexplicable e infinito.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio